miércoles, 28 de julio de 2010

cincuenta y siete segundos de oscuridad repentina

Dejaron ver eso que tenían escondido desde hace tanto tiempo en un rincón pequeñito de su pecho, eso que les hacia que el corazón se les pusiese colorado cada vez que se veían y que les daba cosquillas en el estómago. Aprovecharon esos cincuenta y siete segundos de oscuridad repentina para decirse, de carrerilla, las palabras que llevaban días preparando delante del espejo. Y aún les sobró tiempo de comerse a besos.

Ese casi minuto de oscuridad ocurrió por un bajón de tensión momentáneo que afectó a tres barrios diferentes, aunque a Leo y a Elena les gusta pensar que fue cosa de ese destino del que habla la gente.

8 comentarios:

  1. 57 segundos de amor son demasiado pocos. ya verás lo que podrían hacer con más. quererse indeterminadamente.

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  2. Qué casualidad tan bien aprovechada. La próxima vez, con lux y mirándose a los ojos no? :)

    milyunbesosdepiruletadecorazón.

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  3. que mágico eso de preparar discursos de amor frente el espejo del baño...!:)
    bonito blog, te per-sigo!
    mua!

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  4. oye, no viera que lo cambiaras y quedó bonito o.o

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  5. Yo opino como ellos dos. Fue el destino, seguro.

    Un muá(h) y un sugu de limón!

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  6. El amor hizo que su destino cambiase (:

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  7. Fuera lo que fuera, yo adoro las casualidades.
    Qué bonito.

    :)

    (ellos también podrían cambiar el mundo)

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Make cupcakes, not war.