Paraste de hablar y te fuiste, y entonces me dejaste, no con las palabras en la boca ya que no tenía ni idea de que decir, pero sí con un montón de pensamientos saliéndome de las orejas y revoloteándome alrededor de la cabeza. Intentaba convencer a cada uno de ellos de que volviesen a meterse en el lugar que les correspondía cuando me di cuenta de que, de cada tres de ellos, dos y un cuarto eran sobre ti, o tú.
Era molesto aquello, sobretodo por aquel pensamiento que insistía en mordisquearme la nariz y hacer que me diese cuenta de que no me gustaba nada eso de ver como te ibas. Y el resto de ellos, ¡menudos revoltosos que estaban hechos!, que ni ofreciéndoles pastel de fresa se querían volver a su lugar. ¡Y qué traviesos también!, diciéndome que ya estaban hartos de jugar al escondite entre los rinconcitos más apartados de mi mente y que ahora lo que les apetecía jugar era al pilla pilla y que a ver si teniendo que perseguirlos empezaba a tenerlos un poco en cuenta. Acabé cansándome yo antes que ellos y los dejé a sus anchas, esperando a que se les pasase el afán de protagonismo que les había dado esa noche y se metiesen de nuevo en mi cabeza a descansar. ¡Menuda ingenua que soy!, que en un momento llegué a pensar que realmente sería cosa momentánea esas ganas suyas de llamar la atención. Pero nada, que aún les sigue durando la tontería, vaya. A algunos por lo menos, que resulta que son tan testarudos como yo, y están empeñados en que me entere de que lo que más me apetece en este mundo es, junto con que me compongas canciones y después las toques acompañadas de sonrisas para mí, que seas mi Diciembre.
es que el pastel de fresa da empacho sí o sí, ¡deberías saberlo!
ResponderEliminar(si te dejo cosquillas,
¿te harán risa?)
¿Has probado a meterlos en tarros de galletas? A mí suele funcionarme... (luego les pongo etiquetas y los dejo en la estantería, para saber dónde está cada cosa)
ResponderEliminarqué cabrones a veces los pensamientos...
ResponderEliminarChocolate caliente siempre!
ResponderEliminarHabla con ellos y a lo mejor les apetece jugar también al veo veo
ResponderEliminarYo también deseo eso..
ResponderEliminarJolín, seguro que es un fastidio. Seguro que si coges una rabieta al final acaban volviendo a su sitio.
ResponderEliminarUna bolsita llena de sugus de cereza.
''que seas mi Diciembre''...
ResponderEliminarque lo sea.
:)
escribes
y yo muero
(de amor)
oh! tú también has estado en el Transforma?
ResponderEliminarDeja que los pensamientos vuelen, que afloren todo lo que llevas guardado y no te atreves a decir...
ResponderEliminartal vez en uno de sus susurros, te convenzan de ir tras la pista de ese regalo que quieres para navidad...
Ya es diciembre, si no llega, ve a buscarlo...
Me encanta!!!! Que hermoso relato... no luches en contra de ellos, son caprichosos...
ResponderEliminarDéjalos fluir, y pídele a diciembre que se porte bien (:
ResponderEliminar