jueves, 11 de marzo de 2010
Daniela lleva vestidos cortos y zapatos de tacón.
Siempre huele a colonia de hombre. Pasa las noches entre sábanas ajenas, sexo con desconocidos que se empeñan en mirarla a los ojos y en saber su nombre. Se va temprano, sin hacer ruido, e intenta olvidar cuanto antes el rostro de su compañero de esa noche. Daniela lleva vestidos cortos y zapatos de tacón. Y también unos labios muy rojos que siempre marca en las bocas de los hombres, o bajo sus pantalones si se tercia. Bebe whisky con hielo y fuma rubio. Comparte su lengua con la de otros y acaba en baños de bares semidesnuda. Daniela está perdida y cuando camina por la calle busca unos ojos grises que por un tiempo la ayudaron a encontrarse.
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los ojos grises siempre trae problemas... umh
ResponderEliminarEspero que vuelva a encontrar esos ojos grises.
ResponderEliminarYo quiero ser Daniela
ResponderEliminaraaah..¡me encantan! Me pirran los relatos que cuentan cosas curiosas sobre mujeres fatal.
ResponderEliminarTambién me leí las dos entradas de abajo
y..... :)
¡fantásticas!
A veces es mejor no buscar, porque siempre llega por sí mismo al lugar que corresponde.
ResponderEliminar¡Beso!
Ay! como me encanta lo que escribes!
ResponderEliminary por cierto, dila a Daniela que hay otras formas de encontrarse....mucho más...¿morales? jajaja
Un besitoo:)
Y busca un frasco de Channel en su piso de alquiler? Mucha, puta de muchos, dueña de sí misma.
ResponderEliminarSupongo que chicas como ella hay muchas, aunque Daniela solo una. (Me-ha-encantado!)