Ya sabes que, al contrario que a ti, nunca me han gustado las tormentas. Que el que me dijeses que sonriera con cada rayo porque era un flash de una foto que estaba haciendo alguien, o que la lluvia era realmente bonita, nunca me quitó el miedo del ruido de cada trueno o la pena que me daba el viento cuando daba golpes en la ventana y lloraba entre los árboles porque no le dejábamos entrar. Ahora son las tres y diecisiete minutos de la noche, tengo la cabeza debajo de las sábanas y me está haciendo compañía aquel osito de peluche naranja, y aún así tengo tanto miedo que no soy capaz de dormir. Como no estás aquí para darme un abrazo y que me duerma, creo que voy a hacer eso que tú me dijiste que hiciese, lo de pensar en cosas bonitas para olvidarme del ruido de fuera. Si, voy a empezar por pensar en ti con todas mis fuerzas, y después no sé, lo que se me vaya ocurriendo.
(estoy segura de que me convencerías de que la lluvia es bonita si me dieses un beso debajo)
miércoles, 24 de febrero de 2010
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dale tu el beso si no te lo ha dado todavía :)
ResponderEliminarAiiiiii pues a mi me enanta la lluvia :) Siento haber estado tan ausente :S
ResponderEliminarBesoooooos!
sí, un beso puede volver muchas cosas bonitas.
ResponderEliminarEspero que algún día tu cama sea la suya, y nunca más vuelvas a tener miedo cuando haya tormenta...
:)
Igual pensando fuerte, fuerte, fuerte en él, aparezca, de repente con un abrazo que te recoga. (:
ResponderEliminarPues no suena mal.
ResponderEliminarEntonces tiene que ir ya a tu cama, que ya es tiempo de tormentas y el miedo de noche no es nada, nada bueno!
ResponderEliminarUn besito..:)